jueves, 28 de octubre de 2010

El estres en la infancia

La actividad, el movimiento, la diversión y el juego son patrimonio de la infancia por ser personas en formación. Se divierten como cachorros que disfrutan de la libertad. La época actual con todas sus ventajas no nos esta dando la posibilidad de procesar en paz todos los estímulos y adelantos. El tiempo que tardamos en resolver un problema es mínimo y debemos solucionar otro en cuanto resolvimos el primero. No existe el ocio.



Cuando dejamos de elevar las comisuras en una sonrisa los músculos de la mímica tienden a ir hacia abajo, si ademas elevamos la borla de la barba el orbicular superior de los labios se mantiene hacia arriba como en la época de la succión y con eso la lengua rota hacia abajo, se adelanta y puede empujar los dientes. Este problema lejos de ser lo mas importante es un signo de estres. El caso es que se mantiene la succión por mas tiempo porque eso descansa el sistema nervioso y le da la posibilidad de recibir menos estímulos.



Es cada vez mas común ver chicos que están con el ceño fruncido, las comisuras labiales hacia abajo y succionan el labio inferior. La cantidad de estímulos que deben procesar aumenta geometricamente y la posibilidad del sistema nervioso de procesarlos se mantiene constante. Hablan como adultos, son serios y reconcentrados. No es normal pero lejos de ser una patología particular es un signo de esta época.
Las respiraciones superficiales y cortas, la succión, la irritabilidad y el aburrimiento marcan la idea normal de una infancia hiper estimulada.

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